Esta foto de ayer en Pendueles quiere ser un saludo para los que visitáis este rincón en la red. Deciros que sigo vivo -no es poco- y yendo al Monsacro y a Pendueles.
Me alegro de que podáis ver el rosario en las manos de Maribel y de don José Ramón ante la imagen de la Madre, adornada con esas flores de pascua, en el vigésimo primer aniversario de su aparición en el pequeño Tepeyac.
Isabel de Jesús no sintió ni vió nada. Fue suficiente el rezo del Santísimo Rosario en este lugar bendito, encomendando todas las intenciones de nazarenos, amigos y de toda la Iglesia y el mundo.
Puedo deciros que nunca estuve muy motivado para haceros perder el tiempo con mis ocurrencias, dada la enorme cantidad de información que tenemos al alcance. La cantidad de cosas que están pasando superan mi capacidad de comentario.
Que tengamos un buen fin de Adviento y unas santas y felices fiestas.
Shalom!
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