La imagen, aunque invernal, es por la Santa Cruz que todavía se celebra en algunos lugares. La fecha de los apóstoles de hoy era la que se cedió a san José obrero. En el evangelio de ese día se mencionaba a Santiago (Mt 13, 55). Es una historia preciosa.
Explicaba en la homilía la historia de los hermanos de Jesús, y decía que los pobres primos de Jesús, cuando después de mucha lucha, se deciden a seguirle, desolados por haber perdido un padre, son consolados por Jesús "dándolos en adopción", y mencionaba a Simón -el celote- que se celebra y se aparece en el canon con Judas; del otro, Santiago no me acordaba. Es gracioso que no me acordaba de la fiesta tradicional de ese mismo día, la de hoy: Felipe y Santiago.
Es impresionante cómo el Señor nos prepara, para hacernos grandes dones, con grandes sufrimientos. Más grandes unos cuanto más grandes otros. Abraham años y años sin hijos para poder recibir a Isaac; Ana estéril para recibir a Samuel...
Felipe tiene también su historia de frustraciones: Tiene dos hijas -bendito sea Dios- pero ningún varon. Por cierto que, aparte del apostolado, tuvo la gloria de que las dos, atraídas por la Virgen santísima, se consagraran como Ella en la virginidad... pero a costa del disgusto de Felipe de despedirse para siempre de ver algún nietecito...
Pues el Señor privó a Felipe de sucesión masculina para hacerlo padre adoptivo de un hijo de David, y no cualquiera, sino del primer Obispo de Jerusalén.
(¡Que enorme regalo Valtorta...!)
Primer viernes de mes del de las flores, del de la Madre y Señora de la Gracia del Amor y la Esperanza, el Sagrado Corazón de Jesús nos muestra su amor ardiente, su cruz salvadora, su herida amorosa, su sangre redentora y vivificadora, su corona terrible y gloriosa. Y en ese marco las historias preciosas de su amor hacia dos galileos llamados a un destino glorioso en el que quedaron vinculados para siempre de modo particular y admirable.
¡Bendito sea Dios!
¡Shalom!
