No me ha sido posible comunicarme con vosotros ayer, y me temo que mañana tampoco. Pero hoy, día de san Isidro, puedo poneros esta foto. Algunos fieles siguen rezando en silencio, después del coronilla de la Misericordia y de los misterios gloriosos que aplicamos por una difunta pariente de un nazareno que está en la Casa, y luego también por Encarna de cuyo fallecimiento nos enteramos al final de la coronilla. Fue muy fuerte, muy especial. Porque, precisamente Encarna pasó muchas temporadas aquí cuidando la jardinería, siempre llevaba un ramito para dejar en la piedra de la Madre, y traía flores para el Corpus y se encargaba de las de la acampada... El Señor la llamó en los últimos momentos de la fiesta de san Matías y a punto de entrar en la del patrono del campo español.
Sigue el Señor contando con nosotros de forma especial para la intercesión por moribundos y difuntos, y grabando indeleblemente esa función con acontecimientos como el de ayer.
Que nos mantengamos atentos y disponibles. Que no defraudemos las esperanzas que Él ha depositado en nosotros. Se acerca la fiesta de nuestra Patrona. Que Ella nos conceda estar bien unidos en esta misión que nos encomendó.
Un fuerte abrazo. ¡Shalom!
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